Porque ya nos han vendido muchas y estamos
escarmentados.
Los malos tiempos siempre se ceban con los más
débiles y la crisis actual está deslizando poco a poco al precipicio a muchas
personas.
Mientras perdemos el tiempo discutiendo de derechos
políticos, la dignidad de las personas mengua día a día con la pérdida de
derechos que le atañen en lo más elemental de su condición humana: el trabajo,
la vivienda y la alimentación. Son elementos básicos, imprescindibles para la
honra y el decoro.
Vivo en una Comunidad donde estos problemas no son
ajenos al devenir cotidiano, es más, está golpeando con mayor virulencia que en
otras Comunidades del Estado español. Los andaluces somos conscientes y
conocedores de la realidad de muchas familias que ruedan por la pendiente sin
tener un asidero donde, no ya parar, sino aminorar la caída que los lleva a la desesperación,
a la nada.
Andalucía está y sigue en los puestos de cabeza en
los índices de paro, desahucios y familias en el umbral de la pobreza. Nadie lo
desea pero así es. Y lo es desde hace tiempo.
Hace poco la Junta de Andalucía saca a la luz dos decretos que intentan minimizar los efectos de los males de los que
hablamos: el Decreto sobre la Función Social de la Vivienda y el de la Lucha contra la Exclusión Social. Bienvenidos
y que sirvan, al menos, para paliar la sangría que están padeciendo muchas
familias. Pero que no nos lo vendan como éxito de una magnífica política
social en atención a los débiles, cuando no es más que la consecuencia del fracaso de una pésima
gestión `política desarrollada durante más de 30 años que ha traído como efecto
el deterioro social que ha llevado a miles de familias a necesitar la “sopa
boba” que se daba en las puertas de los conventos, los quesitos y la leche en
polvo en los colegios de los años 50 y ahora las tres comidas a más de 50.000
niños.
Y digo yo, que menos mal que durante estos más de 30
años ha gobernado un partido de izquierda. No quiero ni pensar que hubiera
pasado si hubiese sido uno de derecha¡¡¡???
Nos quieren vender la moto con perlita, porque eso es la medida, una moto con perlita. No hay un fracaso mayor que después de las modernidades y nueva California de Europa, que después de treinta años, se les tenga que garantizar la comida a los niños. Vamos como hace 45 años cuando en los colegios se repartía leche en polvo de los americanos. Eso no es una medida de izquierdas, es una medida de un fracaso que ahora está apuntalado por IU.
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