domingo, diciembre 18, 2011

2011: el año de los independientes

Siete municipios tienen al frente alcaldes fuera de la disciplina de los grandes partidos · Se han convertido en la cuarta fuerza política de la provincia, por delante de los andalucistas.
Siete alcaldías de 79 y 57 concejales de un total de 861. Es el botín logrado por los partidos independientes que han concurrido a las elecciones municipales del 22 de mayo en la provincia de Huelva, un saldo notablemente más alto que en las últimas convocatorias locales. Hay que remontar la vista a 1987 para encontrar tanta representación entre estos partidos pequeños, surgidos en un momento de desprestigio de la actividad política tradicional. Colectivos ciudadanos o escindidos por uno u otro motivo de algunos de los grandes partidos dan color al panorama municipal y hablan de una nueva forma de hacer política.
Las cifras son contundentes: si en 2007 hubo 15 partidos independientes que presentaron listas en municipios de la provincia de Huelva, en 2011 ese número ha crecido a 25. Veintidós localidades han contado con al menos una candidatura apartada de los partidos tradicionales y en siete se han hecho con el bastón de mando: Alosno (junto al PP), Bollullos Par del Condado, Cartaya, Higuera de la Sierra, Escacena del Campo, Linares de la Sierra y Lucena del Puerto. Más de 43.000 habitantes de la provincia tienen un alcalde apartado de la disciplina de PSOE, PP, IU o PA y los partidos independientes se ha convertido en la cuarta fuerza política de la provincia con el 7,5% de los votos, por delante de los andalucistas.
Tras estas cifras está el trabajo realizado por los que ya eran alcaldes, en algunos casos, o las promesas de una política diferente, en otros, pasando por el voto de castigo. Aunque, más allá de las peculiaridades locales, el panorama de fondo es el desencanto de los ciudadanos con los partidos tradicionales.
“Hay un cansancio general de los españoles con la situación política, económica y social. Y eso se manifiesta culpando a los partidos que, todo hay que decirlo, en parte se lo han ganado a pulso”, explica el catedrático de Sociología de la Universidad Complutense Juan Díez. Y, ante ese desencanto, los ciudadanos optan “por votar otras cosas, a partidos minoritarios, testimoniales, aunque sepan que no van a ganar; por votar en blanco y también por no votar”. Así se refleja en los resultados de los pasados comicios municipales: en la provincia de Huelva, los independientes pasaron del 3,4% de los votos conseguidos en 2007 al 7,5% el 22-M. Pero también fue importante (al igual que en el conjunto del país) el ascenso del voto en blanco (pasó del 1,77% del total al 1,23%) y de los votos nulos (del 0,71% al 1,49%). Un desencanto que también se ha reflejado en el movimiento 15-M, que es consecuencia de ese cansancio pero no causa de los resultados electorales, asegura Díez: “Ha podido influir muy poco, surgió sólo unos días antes de las elecciones. Hubo sin duda simpatía por él, pero las personas tienen decidido su voto antes incluso de que se convoquen las elecciones”.
A este hartazgo se suma la peculiar configuración del voto en las municipales, donde el apoyo ideológico se diluye para dar paso al voto a la persona. Y en un momento de alejamiento de los partidos esto hace que “la gente se olvide de las siglas y mire a los vecinos”, siendo más propensa a votar a candidaturas independientes.
Vecinos de las localidades son los alcaldes de Lucena del Puerto, Manuel Mora, o Linares de la Sierra, Juan Miguel Ramos. Son alcaldes independientes que han logrado el apoyo popular a su gestión sin siglas detrás (aunque haya habido algún movimiento de captación tanto de uno como de otro partido). La actividad vecinal también fue el primer paso de la Asociación de Vecinos de Mazagón (Avema), nacida en 1993 como entidad de los residentes en el núcleo costero para reclamar una mejora en el mismo e impulsar un expediente de segregación de Palos de la Frontera y Mazagón, sus municipios matrices; desde entonces lo están tramitando. Como asociación empezó a trabajar por Mazagón pero “veíamos que las cosas costaban más que estando dentro del Ayuntamiento, así que decidimos constituirnos como partido político” explica el concejal de Avema Francisco Martínez. Como tal se presentaron a las elecciones del 95, en las que consiguieron ser bisagra en Moguer, y desde entonces han seguido teniendo presencia en la vida municipal. En estas elecciones han logrado dos concejales clave en Moguer, los que han decidido la Alcaldía al apoyar al PSOE.
Una decisión tomada en una asamblea de la asociación de vecinos, recuerda Martínez. El partido cuenta con menos miembros; las decisiones se articulan a través de la entidad vecinal. Hasta las listas se presentan a ella.
Una forma distinta de organizar la participación política que cuadra con otro de los motivos del aumento de peso de los partidos independientes: la búsqueda de nuevas formas de participación en la vida pública. Según Juan Díez, “no es cierto que la gente no se preocupe de la política, sino que se preocupan de forma distinta”. Así, baja no sólo la participación electoral, sino también la militancia en partidos, al tiempo que aparecen formaciones o agrupaciones con objetivos muy concretos, sea la oposición a un vertedero (véase el caso del Giner, absorbido por el PSOE este mandato), o la defensa de los animales en el caso del Partido Antitaurino Contra el Maltrato Animal (un ejemplo a escala nacional). “La gente no quiere comprar todo el programa de un partido, sino que tiene sus propias ideas en cada materia, por eso los partidos hacen programas electorales vagos, para no alejar a parte del posible electorado”.
La Mesa de la Ría, que ha dado la sorpresa en la capital logrando un concejal la primera vez que se presenta a unas elecciones municipales, se encuadraría en ese marco de partidos con un objetivo concreto. Aunque en su programa se tocan otros ámbitos, el partido es el heredero de la Asociación del mismo nombre, que durante años ha luchado por la recuperación ambiental de la Ría de Huelva.
El concejal de la Mesa, José Pablo Vázquez, coincide con Avema en que “hay que estar dentro de las instituciones para cambiar las cosas”. Para Vázquez, los partidos independientes aportan algo importante a la vida política municipal, “no tenemos un partido con intereses en otras ciudades, por lo que nosotros nos debemos sólo a los ciudadanos de Huelva”. Eso da independencia, recuerda el que fuese decano del Colegio de Arquitectos, y proporciona a los partidos minoritarios un papel “vigilante y de hacer propuestas; vamos a controlar que se cumpla lo prometido”. Y advierte: “Si los partidos tradicionales dieran respuestas a las reivindicaciones ciudadanas los partidos como el nuestro no tendrían sentido”.
¿Y el futuro? Para Díez, el fenómeno independientes “se va a mantener si los votantes siguen enfadados con los partidos tradicionales. Si se enmiendan, volverán a votarlos, pero mientras tanto seguirá aumentando el apoyo a los minoritarios, el voto en blanco y la abstención”. Algo que ocurre en todo el país y que se refleja en otro ejemplo: la irrupción de UPyD en el panorama nacional, casi sin presupuesto y en poco más de cinco años. Frente a ello, los grandes reaccionan: recorte de gastos y de sueldos bien publicitados y captación de candidatos independientes. Un cambio para que todo siga igual.

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