martes, febrero 21, 2012

Luis Carlos Rejón Gieb: “Chaves ofreció a IU cinco consejerías”

Líder del IU en los tiempos dorados de la federación, rechazó formar gobierno con el PSOE e hizo pinza con el PP deArenas. “El nuevo Estatuto andaluz es un bodrio”, sentencia.
Dejó la política, regresó a las aulas y sobre las ruinas de un cortijo construyó en Zuheros un hotel de cuatro estrellas. Planea jubilarse el año próximo como profesor del Colegio Sagrada Familia de Baena, aunque sin desvincularse del todo de la faceta educativa. “Lo he hablado con Julio Anguita varias veces: cuando nos proponen alguna aventura decimos aquello de pasa tu primero, que a mí me da risa”, afirma socarrón.
-1994-1996. ¿Fue el “gobierno del Parlamento”?
-Fue una gran ocasión perdida. Muchos de los problemas actuales de la política andaluza no habrían tenido lugar si el PSOE no hubiese visto fantasmas y se hubieran mantenido muchas de las cosas que aprobamos entonces.
-¿Tan productiva fue la pinza?
-Por supuesto. Entre otras cosas, impulsamos la participación de los ciudadanos a través del diputado 110, la elección del director general de RTVA por el Parlamento y elementos de control del Presupuesto que hubiesen evitado cosas como la de los ERE. Chaves decía que el Parlamento no le controlaba los Presupuestos: pues ahora lo hace la Guardia Civil y la juez Alaya.
-Chaves ya no es presidente.
-Y Griñán está pagando los platos rotos. Se está siendo injusto con él. Creo que este hombre se creyó que podía organizar y limpiar el PSOE-A, pero no tuvo fuerzas o las midió mal. Al final, le han reventado la cara. Creo que él y parte de su equipo son gente honesta, pero no han podido ni con la vieja guardia ni con los antiguos vicios.
-La pinza venidera en Andalucía puede ser la de PSOE-IU contra el PP.
-La pinza se hizo para controlar al Gobierno, no para hacer uno. Éramos unos representantes elegidos por el pueblo controlando a unos representantes indirectos. Ahí está el régimen después de 30 años de gobierno continuado.
-Diego Valderas fue entonces presidente del Parlamento gracias a usted y sigue en la carretera. ¿Padece añoranza?
-Soy de una tierra de toreros en la que sabemos que hay que retirarse a tiempo. ¡Hombre, no totalmente porque quien nació lechón murió cochino! Escribo, trabajo, me reúno e incido donde puedo, pero nada de añoranza. ¿Quedarse toda la vida, como Valderas o Sánchez Gordillo? ¿Esto de qué va? No sabe usted lo que agradezco haber vuelto a dar clase.
-Pero tras dejar IU, usted impulsó una formación andalucista de izquierdas.
-Para las europeas de 2004 preparamos la lista de Europa de los Pueblos con PSA, BNG, Eusko Alkartasuna, ERC… Me dijeron que fuese en la candidatura y respondí que sí, pero el último. Yo me presenté, como Asamblea de Izquierdas, una escisión de IU.
-¿Tan sólo eso?
-Bueno, hubo una comida en un restaurante muy pijo de Sevilla a la que asistieron miembros muy destacados de IU, como Sánchez Gordillo, en la que me dijeron que yo tirase para adelante, que ellos iban detrás. Luego no tiraron para nada. Cuando me los he encontrado me han dicho que pensaban que yo estaba en broma. La comida no la pagaron ellos. Fui ingenuo.
-¿También en la pinza?
-Durante la pinza, por encima de la buena voluntad que tuviéramos Javier Arenas y yo, había intereses políticos y económicos muy fuertes: él no podía hacer determinadas cosas en Andalucía porque Aznar no se lo permitía.
-¿Por ejemplo?
-Quitarle al presidente de la Junta la capacidad de disolver el Parlamento. ¿Quién es él para disolver una cámara elegida en unas elecciones? Quisimos que el presidente de la Junta pudiera plantear la disolución al propio Parlamento, pero que fuese éste el que tomara la decisión. Lo que le dijeron desde Madrid es que si lo aprobábamos, eso se iba a plantear en otros sitios.
-¿Y su mayor ingenuidad?
-Bueno, es que no me molesta ser ingenuo. En sentido clásico es pertenecer a una familia, una tribu. Siempre he defendido que los precipicios no se salvan a saltitos, sino de un solo salto y hubo dos temas fundamentales en los que debimos ser más contundentes: haber hecho un control mucho más serio sobre Canal Sur y meterle mano a las cajas de ahorros, haciendo una reforma profunda de ellas para que el partido en el Gobierno no las utilizara como un monaguillo.
-¿Le ofreció Chaves ser consejero?
-Chaves estaba entregado. Llegó a ofrecernos cinco consejerías, entre ellas la vicepresidencia y Obras Públicas, pero con el programa de gobierno que él quisiera. No fue un problema de poder. Hay quien se vende por un plato de lentejas, pero nosotros optamos por la ética.
-Y bajaron de veinte diputados a trece. ¿Cuántas veces se lo han recordado?
-Muchas. Y yo digo que llamando a la puertas del PSOE bajaron a seis y ahí están estancados. Habríamos acabado como el PA: desapareciendo, dicho sea con todo el respeto. Ojalá que Pilar González sea diputada por Cádiz porque el PA es necesario.
-¿Qué cambiaría de un Estado de las autonomías hecho a empellones nacionalistas?
-Y a imagen y semejanza de los nacionalistas catalanes. Yo nunca hubiera hecho el segundo Estatuto de Autonomía. Los andaluces lo dijeron votando sólo uno de cada tres en el referéndum. Fue un brindis al sol y una gran traición al primero.
-¿Usted habría sido más autonomista en el segundo Estatuto?
-Hubiese bastado con cumplir el primero. Yo defiendo el Estado federal porque es más solidario que el actual. Las comunidades se están dando a la fuga como en un tiovivo en el que los caballitos se van a medida que aumenta la velocidad. Un estado federal es más serio y estable, no vive a base de agravios comparativos.
-¿Por qué no le gusta el actual Estatuto?
-Porque es un bodrio. La deuda histórica la convierte en un guiñapo inutilizable y le quitan la dignidad del primer Estatuto. Además, entierra la reforma agraria, cuando en estos momentos es más preciso que nunca buscar un nuevo modelo de la propiedad de la tierra.
-¿Cuál es la gran reforma pendiente de Andalucía?
-La económica. Zapatero acertó al plantear su ley de economía sostenible, aunque sin querer. Nuestro modelo está en crisis, y no sólo el ladrillo. La crisis es mundial, pero el 35% de paro es nuestro.
-¿Cómo debería concretarse ese cambio?
-Tenemos sol, luego energía renovables y turismo a tope, además de una agricultura de calidad. Y formación, aunque no podemos estar cambiando los planes de estudio como si fueran zapatillas de deporte.

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