sábado, junio 04, 2011

Se le ve el plumero

"Es imposible que yo les diga a mis compañeros de Baena que apoyen al alcalde" (Diego Valderas)

Declaraciones como ésta hace más repugnante y miserable el comportamiento que tuvo el Coordinador Regional con la asamblea de Bollullos y va aclarando que lo que pasó aquí estuvo motivado más por la soberbia y el orgullo que por otra causa.
Por otra parte, deja a las claras que la coherencia de IU depende del capricho de sus dirigentes y de sus intereses.

4 comentarios:

  1. Estas perlas y otras cultivadas de la fábrica Valderil y las actuaciones que veremos en esta semana y la que viene, deberán hacer reflexionar al resto de militantes y simpatizantes de IU, que lo que ellos arguementan de sin ideolgía, vendidos a la derecha por el pacto en Bollullos, no fué nada más que un acto de soberbia apoyados por el ala más reaccionaria de IU, los "revolucionarios de mesa de camilla", para hacerse con el control de la asamblea. Pues ésta y el pueblo le han dado la espalda y la sombra de Bollullos se expande por el Condado.

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  2. estos dias hay muchas declaraciones de ese estilo en los periodicos,por ejemplo en extremadura dicen que" i.u es asamblearia"?os lo podeis creer¿a partir de aqui ya iremos viendo lo"asamblearia" "democratica"defensora del ciudadano" y otras cosillas mas,el tiempo que bonito es,ya llega el verano y la claridad.

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  3. Está claro que el problema de Bollullos no era político, sino de "castas" y sentimientos personales. El hombre que llevó a Bollullos a lo más alto, sin duda alguna, se apoyó en la soberbia para enterrar su obra.

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  4. En unos reinos no puede obligar a sus compañeros a tomar decisiones, en otros en cambio puede expulsar y quemar en la hoguera a los desdichados que no sigan sus mandatos. Cada vez está más claro que lo ocurrido en Bollullos no fue más que la mísera intención de no manchar la “inmaculada” imagen del DV, pero todo ha quedado en un intento fallido. Para mí, cada vez toma más fuerza la hipótesis de que defienden y velan más los intereses personales que los partidistas.

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