PLUSVALIAS
Hay, por parte de la oposición
política bollullera, dos temas recurrentes que sacan a la luz para tapar su
incompetencia y de paso le sirve como barrera de papel, eslogan incluido, de
que los socialistas miramos por el pueblo.
Uno de los temas recurrentes es
el de las plusvalías ¡han subido las plusvalías¡ exclaman algunos socialistas
pretendiendo con ello preocupar a los bollulleros como si no hubiera impuestos
de la Junta de Andalucía más injustos y altos que éste de las plusvalías, pero
como lo hace el PSOE está justificado. Técnicamente lo que se denomina
plusvalía es el impuesto sobre el valor de los terrenos de naturaleza urbana.
El término plusvalía ya lo
conocen muy bien los marxistas o los de la izquierda “feten”, ya que el
concepto proviene del sobrevalor que la fuerza del trabajo (el proletario)
dejaba al capitalismo industrial, concepto central de una de las obras de Marx.
Es decir, para la izquierda
“fetén”, la plusvalía sería un concepto a erradicar, no se debería de producir,
y si se produce como auténticos de izquierda “feten” se tendría que gravar.
En el capitalismo si es
financiero las plusvalías serían los intereses, si es agrario (terratenientes)
la renta de las tierras y en el inmobiliario la renta de los inmuebles.
Visto el concepto y origen de las
plusvalías, las que tanto pregonan la oposición socialista, es el incremento
sobre los bienes inmuebles.
Con estas plusvalías desde el
2008 para atrás, se han enriquecido todo aquel que compraba un bien inmueble y
lo vendía. Se compraba para especular, para vender y obtener unas plusvalías
sin que ese incremento del valor del inmueble se haya producido por un trabajo
productivo o por cambio de uso.
Es decir, se compra una vivienda
que, por motivos ajenos a una intervención del trabajo productivo, al cabo del
tiempo se ha revalorizado. La diferencia entre la compra y la venta es la
plusvalía. Sin que el propietario haya hecho nada, el valor de su vivienda ha
sufrido un incremento de valor, pues eso es lo que se grava.
Incluso la mayoría de las veces
el incremento del valor de la vivienda viene sobrevenido por factores externos
bien por actuaciones o decisiones municipales, autonómicas o estatales o por
decisiones de organizaciones sociales.
Un ejemplo: la decisión de la hermandad
de la columna de ubicar su capilla de la Misericordia en la calle Velarde, ha
hecho que los inmuebles de esa calle se hayan revalorizado.
La ubicación en una zona
indeterminada de un pueblo de una infraestructura sanitaria, deportiva,
escolar, de ocio…hace que los terrenos lindantes y las viviendas se
revaloricen. Si se vendiese esa diferencia entre el precio anterior y el de
venta es la plusvalía que se grava.
¿Quiénes son los más perjudicados?
Los que especulan con los inmuebles, los que compran y venden aprovechándose de
impagos, desahucios, los que tienen mucho patrimonio… El común de los bollulleros
que tenemos una vivienda y un solar para nuestro uso ¿ que plusvalías vamos a pagar
si no vendemos?
Algunos de la oposición confunden
las plusvalías con el impuesto sobre sucesiones y donaciones regulado por la
Junta de Andalucía, que por cierto, ese si es al que hay que temer. Ya
hablaremos en próximas semanas.
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