Visto desde el punto de vista
aritmético, independientes fue el partido que más bajó, perdió un concejal y un
6% de los votos en comparación con 2011, el PSOE se quedó igual en número de
concejales y porcentaje de votos, el PP se quedó con los mismos concejales y
bajó un 0,69%, IU se quedó con un
concejal y aumentó su porcentaje de votos en 1,25% y Recuperemos Bollullos gana
un concejal con un 5,05% de votos.
Esto es incuestionable, los
números son los números. Pero aunque esos son los números existe otra lectura que son las expectativas que un
partido se fija y que muchas veces son tan altas, tan optimistas, que si no se
cumplen hunde al partido a la frustración y abatimiento, y en eso el PSOE, como
en los números también ganó. Su meta era la mayoría absoluta porque no sabe gobernar de otra forma. Para conseguirlo
no dudó en sacar a los cachorro/as para que calentara a las bases y a esa
población bollullera que no se define pero que vota según las personas que se
presentan. Y eso en vez de sumar restó los cachorro/as. En la campaña todo es
válido para el PSOE. No siente ningún pudor el candidato en salir con el tronco
desnudo bañándose en la piscina aunque en seis años haya criticado la apertura
y funcionamiento de ésta. Pues esa pose tampoco le valió.
Es frustrante sacar el mismo
número de concejales que el prevaricador. El sector crítico del PSOE, fiel al prevaricador, se está
frotando las manos.
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