Respeto la libertad de elección en todos los órdenes de la
vida cotidiana y de la vida en general. Si me gusta algo de una determinada
marca y modelo y puedo permitírmelo lo compro. Esa misma libertad me hace ser
consecuente, entre lo que pienso y mis actos. Si detesto una determinada marca
porque explota a los trabajadores, emplea a niños, contamina el medio ambiente
o proviene de un país que representa aquello que no marida con mis ideales no
la compro y basta.
Me ha resultado chocante como algunos miembros de la
izquierda, esos que dicen que siempre son consecuentes lo que dice con lo que
hace, adquieran productos de una de las marcas más representativas de la nación
a las que ellos le culpan de todos los males mundiales. La marca de la manzana mordida,
APPEL, exponente del capitalismo, del consumismo y del americanismo, es la que
usa el coordinador local para su íPAD ( léase tablet), seguro que tendrá un íPHON
y como no su pc será un íMAC. Así detesta a EEUU pero ama sus productos como
cualquier capitalista, admira al régimen venezolano pero no se va a vivir allí.
A estos son los que se les denominan LA IZQUIERDA CAVIAR.
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