Con este titular, los trabajadores
de MAS y Giahsa, tras caída del caballo, contemplar la luz reveladora y oír los
tambores cercanos de una privatización sin retorno, se han dado cuenta (se han
atrevido a hablar), menos mal, de dónde proceden todos los males.
El agua no es un negocio pero se
hace negocio con el agua. Los primeros en hacerlo son los políticos que han
vivido y siguen viviendo en la "covachuela" húmeda que la Mancomunidad-Empresa ha
puesto a su servicio para su disfrute y sustento. Esto es lo que ahora dicen,
se han atrevido, los trabajadores. Es lo que venimos diciendo muchos hace
tiempo (el que pone a cada uno en su sitio).
La Mancomunidad-Empresa, sus
políticos, los que la dirigen y viven de ella, claman al cielo porque los
pueblos, que no reciben el canon prometido, quieren privatizar el servicio. Es
lo mismo que ellos quieren hacer, van a hacer. Pero si lo hacen ellos sigue el
chiringuito dándoles cobijo. Si lo hacen los pueblos, se pierde el chollo. Ese
es su miedo. Lo demás son palabras de políticos. Casi “na”.
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