Por si a alguien le quedaba una mínima duda del papel, mejor
dicho “papelito”, que IU está representando en la Junta, sus votos para
designar al “compañero Pepe Griñán” Senador por Andalucía, lo ha dejado claro.
Los hechos son tan tozudos que las palabras se convierten en testigos de las
mentiras. La lucha contra la corrupción, la batalla de la transparencia es pura
falacia.
El juego de la doble cara se ha descubierto y ha presentado
el verdadero rostro de una organización a la que sólo le interesa el poder.
Caiga quien caiga y cueste lo que cueste. Servir de apoyo y tapadera a hechos y
personas implicadas en la trama de corrupción más importante de nuestra
historia democrática no es lo propio de una organización que hace bandera de
todo lo contrario. No es la imagen que venden. Estoy seguro que más de un
militante, más de un votante o simpatizante se habrá sentido engañado. Muchos
ya sabíamos que esto era así.
Dirán que todavía no está imputado, y es verdad, pero por si
las moscas le hemos buscado un refugio calentito en ese cementerio de elefantes
que es el Senado. Es de bien nacidos ser agradecidos.
Como diría mi amigo Aureliano: “ahora que va en la
ambulancia, vamos a echarle una mano antes de que llegue al quirófano”.
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