miércoles, abril 17, 2013

El hábito y el monje


Ayer vi el Pleno en Telecondado…y qué quieres que te diga, concejal. Me gustabas más antes. De verdad. Tuyo era el verbo populista, con tintes panfletarios, aderezado con ese izquierdismo infantil tan tuyo, tan lleno de tópicos revolucionarios, que me transportaba al blanco y negro de tantos mítines huecos y reuniones interminables para organizar esa revolución que nunca llegaba, siempre pendiente.
Y todo expresado con ese estilo tan peculiar, con esa manera electro-mecánica-compulsiva de decir que excita al que escucha y lo pone en esa situación de trance que hace perder la noción del tiempo, del espacio y hasta de la propia realidad.
Pero ayer parecías otro. No llevabas esa gorrilla “guevariana”, ni esa camisa de algodón estampada con el rostro del “Che” y la estrella roja de cinco puntas, ni la mochila en bandolera, ni ese pelo descuidado, como el que acaba de bajar de Sierra Maestra. Ayer parecías escapado de un escaparate de El Corte Inglés. Pijo y cursi. Con esa inmaculada camisa impropia de un revolucionario y esa americana (por qué tendrá ese nombre) ribeteada a juego con un pantalón arrugado lo justo para que parezca de tienda cara. No te pega y me decepcionaste. Daba la impresión de que en la puerta del Ayuntamiento te esperaba un carro de caballos para luego tomar “unos finos” en la feria de Sevilla.
Lo tuyo es lo otro y te pido que no decepciones a la gente  que veíamos en ti a ese líder del socialismo del siglo XXI. Con tu permiso te daré un consejo: busca un chándal con los colores de la tricolor y una gorra a juego, y asiste a los Plenos con esa indumentaria. Es lo suyo, es lo tuyo, es lo que se lleva ¿o es que no ves la televisión?

2 comentarios:

  1. Así es, rubicon. Ni el hábito hace al monje, ni el monje puede adueñarse del hábito para hacer proselitismo de su fe.
    No pintan bien las cosas en la cueva política. Hay demasiada propaganda, mucho “eslogan” publicitario para aprovechar las dificultades de un sistema alimentado por todos, Nadie se sale de la olla alimentaria. Algunos la aderezan con alguna especie que sobresale de las demás. Pero poco más. Al final es una olla de garbanzos. El que eche la especia más potente saldrá más tiempo en los informativos. De eso se trata. De entretener y asombrar al desesperado. Es un juego impropio de los que se dicen defensores de los débiles. Pero así está el juego político. Con estos mimbres, yo me voy a sembrar habas, ajos, cebollas, altramuces…lo que haga falta.
    Mientras a la demagogia, el oportunismo y a la informalidad no haya seriedad; mientras a la vacilación y a los intereses particulares no haya seguridad: mientras a las falsedades y a la hipocresía no haya sinceridad; mientras a la necedad y la ignorancia no haya sabiduría y al desconocimiento sentido común, esto será un juego de trileros y embaucadores que seguirán viviendo del cuento.
    Así ha sido y así será, mientras pueriles donceles que han encontrado la “sopa boba”, reproduzcan las mismas cantinelas que la han cocinado.

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  2. Vaya dos payasos mas divertidos, Aureliano y Rubicon.

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