Hace unos pocos días me comentaba un dirigente sindical de
CCOO que estaban detectando una bajada en la afiliación, sobre todo en las
ramas del funcionariado, y que el Sindicato pensaba que se debía a la tibieza
con que habían respondido a las medidas que la Junta de Andalucía había
determinado en relación a dichos trabajadores. Esta bajada de afiliación
coincidía, según dicho dirigente, con el aumento de afiliación y votos de otros
Sindicatos llamados “profesionales” que sí se habían movilizado, y bastante, ante
determinadas decisiones de la Junta.
Me comentó que los funcionarios estaban percibiendo como una
cierta complicidad entre Sindicato y Junta que estaba motivando el alejamiento a unos y el acercamiento a otros que sí estaban defendiendo mejor y sin complejos los intereses de esos trabajadores. Es decir, que los Sindicatos volvían a ser “correas de transmisión”
de los partidos políticos como lo fueron en los años de la Dictadura y primeros
de la Transición, confundiendo los papeles que tanto a uno como a otro le
corresponde en la sociedad.
Me pareció interesante la reflexión y la autocrítica y sobre
todo el propósito de enmienda. Propósito de enmienda que habrán dejado para
mejor ocasión visto el número de políticos que se arremolinaban alrededor de la
pancarta cabecera de la manifestación del 14N en Sevilla, buscando la foto de
la complicidad.
Allí estaban los Jiménez, Valderas, Torrijos, Caballos, Álvarez
de la Chica… Un largo etcétera. De este modo, difícilmente podrán convencer a
los ciudadanos de a pie que sus acciones son exclusivamente sindicales alejadas
de cualquier motivación política y que se desarrollará de la misma manera gobierne quien gobierne.
Un artículo más que demuestra que IB no es más que un partido populista y pre fascista...
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